Sé enviudada por tu alegría, cercenada en el cierre del tiempo
cuando muere la noche ante tu incorpórea figura, tan imperfecta,
y tan perfecta ante los mellados huesos del varón, pero de intacta carne
hasta que un beneplácito te permitió levantarla y mirar bajo ella.
Ambos éramos la medida, los huesos huecos que permiten el vuelo
aunque sólo uno portaba máscara de cera, e interpretando el mal del otro
originó una nacimiento inacabado, un feto parcial, pues era
"negra cual la bestia y más pálida que la cruz"
El último verso se corresponde con el final de la tercera estrofa de uno de mis autores favoritos en una de sus poesías. Esto es algo que dejo a vuestra curiosidad.
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