sin otro acento que en la octava
versos grises, metro baldío
mareas que pocos surcaban.
Nueve dedos que tiene el simio
lo indica el desierto en su marca,
tantos días los que pasaron
Deucalión y Pirra en el arca.
La precesión del equinoccio
como proclamaba el de Oriente
reduce al grado en las novenas:
la ley astral se hizo vigente.
Símbolo único de más peso
de los números horizonte,
descomponedlo, es defectivo
de la unidad y el tres simbionte.
Me resulta harto gratificante estos bocados de poesia. Son el dulce de limon de mi quehacer literario.
ResponderEliminarTú que me lees con buenos ojos.
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